Según el tópico popular, en el tratado más antiguo que se conserva sobre la materia, de vitruvio, Siglo I a C., se dice que la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la Firmeza y la Utilidad. La arquitectura se puede definir, entonces, como un equilibrio entre estos tres elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros. No tendría sentido tratar de entender un trabajo de la arquitectura sin aceptar estos tres aspectos.
Sin embargo, basta con leer el tratado para percatarse de que Vitruvio exigía estas características para algunos edificios públicos muy particulares. De hecho, cuando Vitruvio se atreve a intentar un análisis del arte sobre el que escribe, propone entender la arquitectura como compuesta de cuatro elementos: orden arquitectonico (relación de cada parte con su uso), disposición («las especies de disposición […] son el trazado en planta, en alzado y en perspectiva»), proporcion («concordancia uniforme entre la obra entera y sus miembros») y distribución (en griego οἰκονομία, oikonomía, consiste «en el debido y mejor uso posible de los materiales y de los terrenos, y en procurar el menor coste de la obra conseguido de un modo racional y ponderado»). Sus dudas al respecto son bastante intensas, pues cuatro páginas más adelante divide la arquitectura en tres partes: construccion y mecanica. Por interesante y sugerente que sea, no debe olvidarse que este tratado es el único tratado clásico que nos ha llegado, y la probabilidad de que sea lo mejor de su época es pequeña.